domingo, 25 de mayo de 2008

Piñas van piñas vienen… las “chicas” se entretienen

Las peleas entre adolescentes no son novedad. La necesidad de identificación con el grupo de pertenencia ha llevado, históricamente, al enfrentamiento entre estos.
En la actualidad, esta situación ha subido de tono notablemente y permite observar premeditación, ensañamiento y uso de armas. Lo que antes terminaba en piñas y ojos morados, hoy puede conducir a la muerte.
Las peleas tienen lugar a cualquier hora, en cualquier sitio y por razones disímiles. Pero esta situación se hace cada vez mas alarmante al ver el enorme crecimiento de peleas entre chicas.
Hace unos años estas solían solucionar sus diferencias con la palabra, a lo sumo con algún insulto o un tirón de pelo. Las peleas callejeras eran patrimonio exclusivo de los varones. Hasta ahora.
Culturalmente, la mujer se caracterizaba por ser conciliadora, no agresiva, dulce y tierna; los varones eran los que solucionaban las cosas en la vereda, a los puños.
Hoy, la situación cambió totalmente y se debe, en gran medida, a que la palabra se ha perdido como poder para resolver diferencias, y cuando no hay palabras, por el contrario, hay acciones violentas.
Las adolescentes están cada vez mas convencidas de que estas no sirven para nada; lo que si sirve es la ley de “la” más fuerte. ¿Quién es la más fuerte? La que más pega.
En consecuencia, este aumento de violencia adolescente no para y parece que ya no hay diferencias entre lo masculino y femenino. Se podría decir que hay una especie de democratización; hoy la violencia toma a todos por igual.
Pero ¿Qué está sucediendo en esta sociedad, que la violencia ya no distingue géneros ni edades? ¿Acaso conflictos a nivel social e individual sólo pueden resolverse mediante estos métodos?
Evidentemente las adolescentes están “confundidas” en esta búsqueda de la integración de la mujer como persona para encontrar la igualdad de derechos en esta sociedad machista, y terminan imitando el modelo masculino, que muchas veces no es el mejor o el más adecuado, sólo porque no tienen uno propio.
La mayoría de los actos violentos ocurren a la salida de los colegios, espacio donde los chicos no sólo deberían aprender a leer y a escribir. Pero en la escuela también falta la palabra; existen muchas problemáticas que se niegan y se evitan poner sobre la mesa para su debate.
Por lo tanto, debemos insistir una y otra vez en que la violencia no lleva a nada, que el respeto al prójimo es la base de una sociedad, que la escuela también debe hacerse cargo de esta situación, y por sobre todo, hay que trasmitir el sentido de la responsabilidad y conciencia en nuestros jóvenes.
Lamentablemente hoy, ya no hay respeto por nada ni por nadie. La violencia llegó. Habrá que hacer todo lo posible para que no se quede.
Gisella Filas

jueves, 22 de mayo de 2008

Lamentable, Doloroso… Real


“Se necesitan chicas simpáticas mayores de 21 años p/ Bar Nocturno en Córdoba. Damos aloj., comida y pasaje. Sueldo mínimo $4.000. Tel (…)…”
Los anuncios están destinados a "señoritas" jóvenes, con buena presencia y simpáticas. No importa si carecen de estudios o experiencia. Sólo importa que sean "ambiciosas". Se promete "poco trabajo", "buen trato", horarios "a convenir" y salarios de más de dos mil pesos
Parece un sueño para miles de adolescentes, jóvenes pobres y sin empleo en La Argentina. Pero el anuncio es la puerta a una pesadilla: la trata de personas.
El secuestro de mujeres para ser prostituidas es un delito aberrante que tiene un duro impacto en nuestro país desde hace muchos años.
Menores de edad que desaparecen, en otros casos, mujeres mayores, pero siempre la misma modalidad: por engaño, ofertas de trabajo o directamente por la fuerza. ¿El fin?, también es lamentable: terminan encerrándolas y forzándolas a prostituirse.
El secuestro y el comercio de mujeres es el trabajo de grandes bandas muy bien organizadas, que en general actúan en distintas provincias y que hasta llegan a estar en contacto con países del exterior.
No debe olvidarse que este inhumano y atroz negocio es el más redituable del mundo, detrás del tráfico de drogas y el de armas, en el que participan directa o indirectamente medio millón de personas.
Nuestro país hasta hace unos días atrás carecía de herramientas legales apropiadas para enfrentar esta realidad, pero finalmente se asumió el compromiso de sancionar una ley específica sobre trata de personas.
Esta apunta a combatir las redes de prostitución, que reclutan chicas de bajos recursos y las engañan para luego hacerlas trabajar bajo presión, quitándoles entre otras cosas, el derecho a la identidad, y en algunos casos, incluso la vida.
Pero como siempre en nuestro “maravilloso” país, y por desgracia, la nueva ley genera polémica ya que aseguran que será dificultoso hacer efectivas las condenas que están establecidas en ella por el miedo de las víctimas a declarar.
Por más triste que parezca, la trata de mujeres ha crecido en La Argentina de manera sostenida de la mano de aquellos que supuestamente están para “cuidarnos”; justamente de la conspiración policial y política.
Por lo tanto resultará aun mas complejo cumplirla con tantas fuerzas policiales y sistemas de control afectados por la corrupción, ya que las mafias que concretan estos delitos suelen actuar con total y absoluta impunidad, pasar de una jurisdicción a otra, e incluso caminar a nuestro lado en la calle.
¡Ya es hora de comenzar a trabajar!, pero ojo, sin que esto signifique ponerse a militar valientemente cualquier sitio, sino comenzar por lo más simple: no ser cómplices silenciosos de esta situación.
Y lo digo porque es indignante y hasta doloroso ver como esas niñas, esas mujeres, desaparecen con la mirada de una infinita red de complicidades que empieza por el vecino/a o aquel que vio cuando la levantaron y se la llevaron.
Ante toda esta situación, evidentemente, era de suma importancia y urgencia tener de respaldo un marco legal adecuado. Hoy, por fin y después de tanto tiempo, y por desgracia, de tantas chicas capturadas, decidieron en nuestro país ponerse a trabajar sobre lo que realmente importa y alarma.
Lo que resta por el momento, es dejar las palabras de lado y pasar a los hechos; que el estado comience a tomar medidas implementando todas la herramientas que ahora posee en el terreno legal, brindando el apoyo para prevenir y combatir este delito.
Para ello es necesario contar con funcionarios judiciales, policiales y municipales competentes y, por sobre todas las cosas, y si no es mucho pedir, honestos. De lo contrario, la trata seguirá creciendo, y las redes del crimen organizado, fortaleciéndose.
Gisella Filas

sábado, 10 de mayo de 2008

La pelea interna entre el periodista y la persona (Opinión de Jorge Lanata... muy bueno)

El periodismo parece haber terminado en esta íntima discusión. En la millonaria rebeldía de Pergolini y en la actitud de Crudo.

Muchos de nosotros mantenemos, en este trabajo, una antigua pelea interna: la que enfrenta al periodista y a la persona. Escuchar durante horas a un funcionario de teflón mintiéndote en la cara hace que la persona pugne por salir y arrase la objetividad políticamente correcta del periodista que escucha y repregunta. Pocos tenemos, en este trabajo, la libertad para que esa pelea se haga pública y trascienda:—¡Mirá lo que le dijo!— se entusiasma el público cuando el periodista se transforma en persona, esto es, cuando muestra que siente como tal y no como un alga acorralada por la forma.Alguna vez, en la televisión, insulté a un concejal que le robaba planes de asistencia a los abuelitos, otra eché del estudio a un ministro de Economía provincial y varias pude darme el gusto de decirle a alguna cara de teflón: “Basta, no me mienta. No me tome por idiota, por favor, aunque sea respéteme.”Algo así debe haber sentido el otro día Antonio Crudo, periodista de Radio Rivadavia, cuando interrumpió el discurso de Cristina K. La presidenta hablaba del “inexistente” aumento de las cuotas escolares cuando a Crudo se le escapó:—¡Presidenta! ¡A mí la cuota de mi hija me subió más del treinta por ciento!No había nada que discutir: la verdad que Crudo revelaba hacía honor a su apellido; antes pagaba 170 pesos y ahora 228. Personal de seguridad lo sacó del Salón Azul y luego trascendió que desde la Secretaría de Medios llamaron a Radio Rivadavia para pedir que no lo despidieran, como si esa actitud hubiera sido la lógica: despedirlo porque se transformó en persona. Para Cristina, según la Nación, el hecho “agravió su investidura”. La presidenta no se sintió agraviada algunos días antes del hecho de marras cuando un tal Gonzalito, movilero del programa “periodístico” CQC, le preguntó si había tenido relaciones con el presidente de Francia.—¿Y? ¿Pasó algo con Sarkozy en privado?— le guiñó Gonzalito a Cristina, el 15 de abril, en un acto en Bernal.Tampoco el popular Gonzalito se sintió agraviado cuando, hace algún tiempo, con medio cuerpo dentro del coche presidencial entrevistaba al entonces presidente Kirchner, y Néstor, tomándolo de la nuca, lo agachó hacia su regazo como si lo obligara a practicarle sexo oral. Una gran escena a la que Cristina asistió con cara desencajada. Una cosa es la rebelión pautada y otra convertirse en persona sin libreto.Frente a las palabras de Crudo, algún setentista nostálgico recordó un hecho que superficialmente parecería similar: el de la periodista Ana Guzzetti, cuando en febrero de 1974, durante una conferencia de prensa, le preguntó a Perón:—Cuando usted tuvo la primera conferencia de prensa con nosotros yo le pregunté qué medidas iba a tomar el gobierno para parar la escalada de atentados fascistas que sufrían los militantes populares. A partir de los hechos de Azul, conocidos por todos, y después de su mensaje llamando a defender al gobierno, esa escalada fascista se ha ampliado mucho más. En dos semanas hubo exactamente veinticinco unidades básicas voladas, que no pertenecen precisamente a la ultraizquierda, hubo doce militantes muertos y ayer se descubrió el asesinato de un fotógrafo. Evidentemente, todo esto está realizado por grupos parapoliciales de ultraderecha....—¿Usted se hace responsable de lo que dice?— le preguntó Perón, fuera de sí.—Eso de los parapoliciales lo tiene que probar.— Y, dirigiéndose al edecán aeronáutico, le ordenó: “¡Tomen los datos necesarios para que el Ministerio de Justicia inicie una causa contra esta señorita!” Ana Guzzetti fue detenida en el lugar y luego torturada. Perón, días después, cerró por decreto el diario El Mundo, financiado por el PRT.Treinta y cuatro años después, las tres preguntas trazan una metáfora de la Argentina: Ana Guzzetti sobre la Triple A, Crudo sobre las cuotas escolares y Gonzalito sobre las costumbres sexuales. En esto parece haber terminado parte del periodismo argentino: en la íntima discusión entre ser periodista o persona, en la millonaria rebeldía de Pergolini y en la curiosa actitud de una presidenta que considera insulto una pregunta sobre la escuela y se ríe, cómplice, con otra sobre la cama.